Tengo la gran suerte de trabajar con parejas encantadoras, en este caso con Ráquel y Rubén. En algunos casos como éste, suele ocurrir que el novío llega a la sesión con pocas ganas, digamoslo claro, un poco forzado para complacer a su novia que realmente es la que le apetece y tiene interés en el reportaje de pareja antes de la boda. Bastaron cinco minutos de conversación para convercer a Rubén de que haríamos una sesión divertida, alegre, emotiva y que lo pasariamos bien. Así fué, en opinión de los dos protagonistas, buenísimo, una tarde para no olvidar, Rubén mucho más que encantado, Feliz, no lo hubiera imaginado que la experiencia sería así de positiva.
Por mi parte, además de agradecerles la confianza en mi depósitada, está la retroalimentación que me produce este trabajo dándome ánimos y energía para continuar con más intusiasmo.
Ahora ya queda menos y pronto nos veremos de nuevo en ese día tan especial que llevan mucho tiempo preparándolo.
Espero que os gusten las fotos.